Ciudad de México, 10 de mayo de 2024 – En México, las madres que son jefas de hogar enfrentan una realidad compleja y desafiante. La responsabilidad de criar a sus hijos y, al mismo tiempo, ser la fuente principal de ingresos del hogar, impone una carga que afecta tanto su vida personal como sus finanzas.
Un reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) destaca que el 46.7% de las madres jefas de hogar que trabajan como empleadas subordinadas y remuneradas perciben apenas un salario mínimo1. Esta situación se agrava para aquellas con más hijos, donde casi siete de cada diez madres con seis o más descendientes reciben hasta un salario mínimo1.
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La brecha de género en los ingresos es palpable. En 2022, las mujeres sin hijos percibieron un promedio de 6,619.7 pesos al mes, en contraste con los 8,365.4 pesos de los hombres en la misma situación1. A medida que aumenta el número de hijos, las diferencias en los ingresos se hacen más grandes, lo que pone de manifiesto las dificultades adicionales que enfrentan las madres.
La vulnerabilidad socioeconómica de estas mujeres no solo impacta su bienestar, sino también el de sus familias. Las madres jefas de hogar deben lidiar con obstáculos para acceder a sus derechos y a oportunidades de trabajo digno, lo que repercute en la calidad de vida de sus hijos y en su propio desarrollo profesional2.
El estudio “Rendimientos económicos de las mujeres mexicanas jefas de familia” revela que las madres empresarias obtienen menores rendimientos económicos en comparación con sus contrapartes masculinas3. Además, se encontró que el equilibrio entre el cuidado de los hijos y los bajos ingresos percibidos como empleadas, a menudo debido a un nivel educativo más bajo, son las principales motivaciones para emprender. Sin embargo, la prioridad de estas mujeres no es la riqueza económica, sino la búsqueda de un mejor balance entre la vida laboral y familiar3.
Este Día de las Madres, es crucial reflexionar sobre las condiciones laborales y económicas de las madres jefas de hogar en México. Es imperativo que se implementen políticas públicas que promuevan la igualdad de oportunidades y el acceso a empleos bien remunerados para estas mujeres, que día a día demuestran su fortaleza y dedicación.
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